Uno no sabe muy bien por qué empieza a escribir. Si por azar, por casualidad, por despecho, por necesidad o por respirar en una hoja. Yo empecé a hacerlo desde muy niña (ahora que miro hacia atrás uniendo puntos) para entender el mundo escribiendo y no solo eso, empecé a entenderme también. Fui la típica niña del Querido diario, de esos en forma de corazón que se cierran con llave y candado, de esos que el hermanito menor encuentra y se lo muestra a todos los amiguitos del barrio. Pero eso no me detuvo, yo seguí escribiendo hasta que llegué a tener cierta fama entre las niñas del colegio y vendía cartas según la necesidad: para terminar con el novio, para volver, para confesar un profundo amor o para coquetear romántica y anónimamente. Era básicamente la Benedetti de la primaria y el bachillerato.
Después en la universidad me enamoré de la literatura, de ciertos autores, aprendí a sumergirme en el mundo de las librerías, de las ferías de libros y en la emoción de conocer un autor por primera vez, de enamorarme de su voz y de seguir buscando más de esas primeras veces. Es probable que, inconscientemente, me creyera el supuesto de que escribir era algo por encima de mis posibilidades. Nunca se me ocurrió que yo pudiera escribir y vivir de la escritura aunque fuera uno de mis anhelos escondidos: teclear todo el día. Más tarde los viajes y las libretas me mostraron que quien comienza la primera palabra no es la misma persona cuando pone el punto final y entonces entendí que decir ´literatura´ y ´vida´ venían siendo la misma cosa.
Podría ser que tradicionalmente la escritura creativa se le llame literatura. Lo cierto es que la escritura creativa, es un método, y bien puede definirse como The art of making things up, es decir, el arte de inventar cosas, el arte de crear cosas a través de la expresión escrita de una manera que no es periodística, académica o técnica, pero que aun así atrae a una audiencia. Ahí estamos los blogueros. Aunque la definición es más bien floja, la escritura creativa puede en su mayor parte caracterizarse por ser un método auto expresivo y que da como resultado algo original. Un artículo de noticias, por ejemplo, no se considera escritura creativa, porque su objetivo es presentar hechos y no expresar los sentimientos o el mundo interior de quien escribe.
El propósito de la escritura creativa es tanto entretener como compartir la experiencia humana, llámese amor, humor, pérdida, cotidianidad. Es compartir la búsqueda, aunque no se sepa bien de qué se trata, de ese otro lado de las cosas, como un doblez. A través de lo poético y lo narrativo. El primer paso es usar la imaginación para alabar las cosas ordinarias porque ¿cuántas cosas pasan en un día en que no pasa nada?… la inspiración está en todas partes.
EL QUÉ
Escribir no tiene que ser un acto lleno de cánones o normas. La mía es la escuela de la escritura como práctica. No esperar a que la inspiración llegue montada encima del pájaro que pasa por la ventana. La musa no va a llegar. Inspiración tiene la misma etimología de inspirar, que significa respirar hacia adentro, respirar dentro de nosotros mismos.
Yo lo veo más como salir a trotar, se sale y ya y entre más se practica, mejor. Si uno trota regularmente se adiestra. El arranque inicial, disponerse, es lo más duro pero cuando se está a mitad de camino uno de repente se da cuenta de que le gusta muchísimo.
Personalmente no creo en decálogos, aunque los he leído, pero mi relación con la escritura es algo netamente experiencial. Y en ese EXPERIMENTAR me quiero quedar toda la vida porque escribir es algo de lo que no me quiero jubilar.
EL CÓMO
Escribir es un verbo, y para que los verbos funcionen hay que conjugarlos. De nada sirve estar armando y desarmando frases en la mente si no se derraman en el papel. Se trata de confiar en la mente que dicta palabras y en el cuerpo que obedece.
La mayor parte de la gente vive creyendo que la vida y el mundo son, aunque con excepciones, básicamente coherentes (deberían serlo, claro) Pero la verdad es que lo coherente brilla por su ausencia. Al escribir, no necesariamente debemos partir de una idea de coherencia, de lograr un producto, (a menos que estemos escribiendo un producto: una crónica, un reportaje) lo que quiero decir es que la escritura no tiene que ser un fin. En la escritura, como en la vida, hacia adelante siempre es niebla.
Leer es la mejor manera de coleccionar ideas. La literatura no está solo en los libros, en los salones de clase o en las bibliotecas. La literatura está en la calle, en el contacto con las cosas, con la novedad, con todo lo que hace de la ciudad una especie de escenario continuo. Pero ese escenario también es la vida misma, la vida de cada cual, la vida de los otros, hay que ser espía. Hay que alabar las cosas ordinarias. Asistir a las historias que nos rodean, no quedarse ausente. Estar presente. Para escribir hay que leer. Solo hay que entrenar la mirada.
Las pasiones, el arte son medio y fin en sí mismos. Avanzar con decisión e invertir mucho tiempo en algo es la más refinada de las maneras de hacer algo. No hay que esperar maravillas cada vez que agarramos el lapicero, “Expectativa formulada, impedimento asegurado”. Hay que decirse SOY LIBRE PARA ESCRIBIR LAS PEORES PORQUERÍAS DEL MUNDO. Hacer listas, coleccionar cosas y escribir anotaciones sobre ellas, describir imágenes, jugar, explorar, empezar con esta frase “En este momento”, esas sutilezas son las que llenan las hojas en blanco de nuestras libretas.
LAS REGLAS:
En 1986 Natalie Goldberg escribió en su libro Writing Down the Bones que la unidad base para el adiestramiento de la escritura es el ejercicio por tiempo. Empezar con diez minutos al día, y cronometrarlos. Luego se puede ir aumentando el tiempo, lo importante es respetarlo y seguir las siguientes reglas:
- Mantener la mano en movimiento, no parar ni para pensar, ni para releer.
- No borrar: borrar significa confundir el acto de creación con el acto de revisión. Aunque se haya escrito algo de lo que no se tenía intención, se deja tal y como quedó.
- No preocuparse por la ortografía, la puntuación y la gramática: Ni siquiera hay que preocuparse por quedar dentro de la margen. Si no estamos preparados o dispuestos a equivocarnos, nunca se nos va a ocurrir algo creativo. Esto se me hace muy simbólico porque cuando nos volvemos adultos tenemos ese miedo a equivocarnos, que no teníamos de niños. Estigmatizamos los errores.
- Perder el control: No escuchar al matapasiones interno que nos dice “cursis o aburridos”. Cuando se escribe algo empieza a hervir como si la hoja fuera una olla a punto de explotar, hay que dejar que ebulla.
- No pensar. No dejarse engatusar por la lógica.
- Apuntar a la yugular: Si al escribir, sale algo que nos da miedo o nos hace sentir vulnerables, hay que zambullirse dentro de eso, porque probablemente está cargado de energía.
Uno siempre busca un método para hacer mejor las cosas. Este ejercicio, como muchos ejercicios de escritura creativa lo que enseñan es que lo mejor es comprometerse con invertir tiempo en la práctica.
Antídotos: Cómo enfrentar el virus de la no-escritura
1. Enfrentar al monstruo caca que todos llevamos dentro. Este señor es como un viejito borracho que no se calla y que todo el tiempo nos está diciendo que nunca, nunca vamos a lograr escribir algo que valga la pena. Nos habla de culpa, de pretensiones, de escapes, de presiones. Nos avergüenza. Y en momentos así cualquier cosa, incluso lavar platos o barrer o cortarse las uñas es más importantes que escribir. Para mi el monstruo caca es el papá alcohólico de la procastinación.
Para enfrentarlo uno puede darle el micrófono y escribir todo lo que está diciendo, como si fuera un dictado. Poco a poco él se va quedando dormido y listo, se arranca la hoja, se bota y se afronta la tarea del momento.
2. Escribir desde la página: Agarrar un libro para inspirarse, transcribir frases o párrafos o completos y a partir de ahí transformar, combinar, crear algo nuevo. ¡Copiar es solo el primer paso! y si uno se queda ahí, en las comillas, no evoluciona hacia lo propio que es en últimas lo que conlleva a una hermosa satisfacción.
3. Ser un explorador del mundo: Hay infinidad de literatura de escritura creativa, empezando con los journal, libros que vienen con la intención de ser intervenidos por quien los lee. El lector es al mismo tiempo su escritor pues sus páginas se van llenando con disparadores o consignas que te asignan una tarea. Desde textos, dibujos, pinturas, recortes, collages, papeles pegados, stickers, fotos. Portales como Amazon o Goodreads y muchas librerías están llenos de ellos. Autores como Austin Kleon, Lynda Barry, Keri Smith, Elle luna, enseñan métodos que nos ayudan a capturar el momento presente de una manera autoexpresiva sin ponernos la imposición frustrante de creernos escritores solo si llegamos a publicar destacadas novelas.
Escribir a mano: «Escribir a mano es escribir al ritmo del corazón.» No hay nada más desolador que una hoja de Word con el cursor titilando como un juez. Internet distrae, mientras el computador esté encendido. Las libretas en cambio, cuentan nuestra historia, se coleccionan y años después cuando las releemos pareciera como si el yo que escribió en ese entonces, nos estuviera enviando mensajes al futuro, al presente. Diciéndonos justo lo que necesitabamos leer o escuchar, para darnos cuenta que quien nos habla, es nosotros mismos.
La escritura no es papel, no es tinta, ni pensamientos, la escritura no es un yo porque tampoco somos lo que escribimos. No hay que identificarse demasiado con lo que se escribe porque nuestros textos son productos de emociones y circunstancias de un momento. Y he ahí lo que significa escribir: en lugar de encerrarnos en un interminable monólogo, nos libera.
13 comentarios
Me encantó todo lo que escribís. Hace no mucho que descubrí el blog y lo leo bastante, sobre todo te sigo por facebook, las frases que vas subiendo y demás.
Y justo ahora que decidí empezar, de manera fija y constante, un nuevo diario, me inspira aún más a seguir escribiendo. A mí me pasa que empezar me resulta fácil, de hecho en un día escribí unas cuantas páginas (capaz necesitaba desahogarme) y con el tiempo pierdo interés. Esta vez me propuse que no, seguir escribiendo. Veremos cómo me va, pero tu blog estoy segura de que me va a motivar aún más.
Saludos.
No es perder interés. ¡Es pereza! y a todos nos pasa,pero eso es lo interesante, que una vez lo descubrís, no le das tanta importancia a ese obstáculo, lo dejás que se exprese en un bostezo, en un garabato que rayas en una hoja suelta y ya está; a escribir otra vez, a escribir todos los días, aunque sea una frase, aunque sea una palabra bonita: avión, aeropuerto, siempreviva, sol de medio día, atardecer, espejo, charco… 🙂
Yo leo poco, pero me gusta mucho leerte. =)
Agradezco profundamente a la vida haber encontrado tu blog. Por favor no dejes de escribir, no dejes de seguir inspirando gente! Muchas, muchas gracias! Te abrazo
Hola Caro, me hace muy bien leerte. Hace un tiempo decidí empezar a escribir, y di mi primer paso: comprarme una libreta. Desde ese día la llevo conmigo, a todas partes… Esperando que algo suceda y así como por arte de magia, broten las palabras. Pero aún sigue en blanco. Hay una lucha interna muy fuerte que ya venceré.
Son muy buenos tus concejos, y ya que estamos en esto te pregunto algo (por muy tonto que parezca, mi mayor limitación a la hora de escribir es la de equivocarme, o escribir algo que luego me avergüence… ) Sirve escribir en borrador y después transcribirlos a la libreta/cuaderno? O eso le quita espontaneidad?…
Hola Caro, me hace muy bien leerte. Hace un tiempo decidí empezar a escribir, y di mi primer paso: comprarme una libreta. Desde ese día la llevo conmigo, a todas partes… Esperando que algo suceda y así como por arte de magia, broten las palabras. Pero aún sigue en blanco. Hay una lucha interna muy fuerte que ya venceré.
Son muy buenos tus concejos, y ya que estamos en esto te pregunto algo (por muy tonto que parezca, mi mayor limitación a la hora de escribir es la de equivocarme, o escribir algo que luego me avergüence… ) Sirve escribir en borrador y después transcribirlos a la libreta/cuaderno? O eso le quita espontaneidad?…
Creo que esa no es la idea. La vida la hacemos a borrador, la literatura también 🙂 Saludos, libera tu mano; fuerza y escritura
Me alegra haber encontrado su pagina nunca deje de escribir felicitaciones
Hola Caro!
Me gusta leerte y me gusta escribirme después. Un día descubrí por casualidad un libro de Natalie Golberg en la biblioteca, me llamó la atención y lo cogí para llevármelo a casa. Tuve mi primer encuentro con la escritura «formal». Pasé de escribir en los momentos de péndulo bajo como vía de escape a escribir cada día como para terminar de realizarme. Ahora ya me atrevo, incluso, a publicar en mi blog todo eso que me sale de adentro, perdiendo el miedo y la vergüenza de no estar a la altura de las espectativas de los demás… Escribo para mí y escribo para el mundo.
¡Gracias por este magnífico post!
Me gustó mucho tu post, y coincido contigo en que hay que leer mucho y no hay nada mejor que escribir a mano (lo que hago es escribir en la libreta y editar en el IPad) sientes una libertad total; eso también lo aprendí de Aniko =) Saludos! Continuaré leyéndote
Gracias Samir. Bienvenida siempre. Nos estamos leyendo 🙂
Palabra no escrita
Es letra oculta
Que como llega
Suele irse
Sin dejar impresión
Palabra escrita
Es letra abierta
Que al llegar
Queda fotografiada
En la ilustre memoria
Que perdurará
Por los siglos de los siglos
– Verba volant, escrita manent –
Te conoci en el taller de Buenos Aires, y poco a poco, hoy fui leyendo las cosas de tu blog. Me encanta lo que escribis, como lo escribis., me paso lo mismo al escucharte en el taller. Gracias por compartir!