Cuando se está viajando las etiquetas que le solemos poner al calendario pierden sentido. Ya no nos importa si el día se llama ‘lunes’, ‘miércoles’ o ‘enero’ sino que los días adquieren significado, como el nombre de lugares nuevos, de personas que conocimos en la ruta o las historias que coleccionamos.
No se recuerdan las fechas sino los días como si fueran fotografías instatáneas. Como ‘el día que nadé en un Xenote’, ‘el día que el capitán de la lancha nos hizo pescado en achiote’, ‘el día que comí grillo’ o ‘el día que me caí en la plaza central del museo de antropología del DF’…
Hoy, es Viernes otra vez (él es Domingo, mi gato).
Un comentario
me identifico mucho con lo que escribes , cada día me levanto para ser mejor después de estar muchos años en el suelo, estoy en una lucha por dejar todo lo que me obliga la sociedad y realizo lo que me lleva a realizar lo que me gusta obteniendo sus beneficios.
descubro que somos muy pobre ( no en lukas) , pre juiciosos , y clasistas, etc , etc gracias por regalar alimento para la mente